domingo, 11 de octubre de 2015

Un café de recuerdos


Como destello a tu cabeza llega la idea de que hoy debes empezar el día de otra forma, intentando alejarte de la rutina, no como cuando dices que hay que levantarse con pie derecho para más de golpearte con la pata de la cama el dedo chiquito del pie izquierdo, más bien de querer hacer algo diferente aunque sea un día rutinario, horarios, trabajo, compromisos, etc...

Y entonces, de un momento a otro decidí que era hora de tomarme un café, pero no cualquier café. Aunque la etiqueta decía "café soluble" para mí era distinto, era un café de recuerdos.
Cuando te das cuenta que tu vida se ha hecho monótona, resulta que empiezas a extrañar de cierta forma todas las cosas que alguna vez hiciste y que por lo general ahora sólo son vagos recuerdos o fotografías guardadas en la carpeta más refundida en tu ordenador, personas que participaron en esos momentos que ahora son contactos en tu whatsapp a quienes rara vez escribes, lugares por los que no has vuelto a pasar ni por equivocación.
¿Acaso ya olvidaste lo divertido que era la vida, antes de ser la persona importante que ahora eres? cuando pasabas horas con tus amigos, esas horas eternas de chat en messenger, cuando le jodías la existencia a alguien a punta de zumbidos, cuando cualquier pretexto era bueno para ver a alguien, esa espera interminable para estabecer conexión en una videollamada, por las noches cuando los segundos se hacían horas mientras llorabas por el amor de tu adolescencia, si decides dejar de lado por 2 minutos lo que estas haciendo ahora y te pones a recordar lo excitante que fue tu vida hace algunos años, te darás cuenta que ni todas tus responsabilidades, ni todo tu dinero ni lo que tienes ahora se compara con aquellos días, este blog siempre será una puerta inmensa a los recuerdos y emociones de mi juventud, aparte de darme cuenta que sigo siendo el mismo troll de siempre.
Tras el primer sorbo de café recordé a mis amigos, aquellos con quienes tenías formas tan comunes de divertirse, incluso cuando no había nada que hacer, con hacer bullying a cualquiera era suficiente para tener un buen encuentro (palabra que para colmo no existía antes, simplemente era joder y punto) las horas de pump, la alcahuetería para hacer alguna maldad, las primeras embriagadas grupales, cuando el problema de uno era el problema de todos para pensar mejor y hallar soluciones, las jornadas eternas de chateo en messenger con emoticones patanes jajaja, cuando facebook era un lugar raro al que casi nadie de nosotros quería entrar y hi5 era la onda.
El segundo sorbo fué algo que logró hacerme un nudo en la garganta, aquellos días difíciles en los que no supe como manejar mi vida en mi primer intento fallido por independizarme, cuando me volví un desconfiado que creía que todos conspiraban en su contra, cuando el amor que sentí por una mujer se volvió la pelea más larga y más cruda de mi vida, ese nudo en la garganta sólo se esfumó con el mejor recuerdo de esa época y de toda mi vida, cuando llegó a ella mi ángel a darle un propósito nuevamente, mi hija.
El tercer sorbo me supo a ella,  a todos los recuerdos que tengo desde que supe que vendría, y todos los miedos que entonces tuve quedan pequeños a las grandes alegrías que me ha dado.
La siguiente parte del café se ha ido recordando mis días de voluntariado, las experiencias, lugares y personas maravillosas que he conocido gracias a aquello y lo mucho que ha influido en mi vida actual y que ha contribuido tanto a la formación de mi carácter.
Tuve un lugar especial para las personas que ya no están físicamente aquí y que pasaron al eterno umbral de lo desconocido, a quienes extraño por el gran lugar que ocuparon en mi vida.
Al final en la taza sólo he dejado mis deseos de que a todos y cada uno de aquellos que tuvieron papeles importantes en mi vida les esté yendo muy bien, que sea cual sea el sendero que hayan decidido seguir sean felices en este momento y por el resto de sus vidas, que no olviden que antes de su vida actual, hubo otra vida donde la felicidad era más fácil de alcanzar, cuando la tecnología nos esclavizaba pero de una manera más sutil y divertirse era el plato principal del día.
Te invito a tomarte un café del recuerdo, ya sea soluble o en esencia, descafeinado o con sabor a vainilla, un jugo o un buen vaso de whisky y te aventures a desempolvar aquellas memorias que creías olvidadas, y mucho mejor si es en compañía de aquellas personas.
Dale, no es tan difícil y tu salud mental te lo agradecerá :)